ES SÓLO PARA DECIRTE
Me comí
las ciruelas
que estaban
en el congelador
y que
probablemente
guardabas
para el desayuno
perdóname,
estaban deliciosas
tan dulces
y tan frías
A ELSIE
Los puros productos de América
enloquecen —
montañeses de Kentucky
o del espinazo del confín
norte de Jersey
con sus lagos y valles
perdidos, sus sordomudos, sus
viejos nombres de bandidos,
su promiscuidad entre
desalmados que andan
por los ferrocarriles
por puro amor a la aventura
y muchachas mugrosas, bañadas
de lunes al sábado
en inmundicia
para ser ataviadas esa noche
con baratijas charras,
fantasías de la gente
sin tradiciones labriegas
que les den carácter,
sólo alboroto y faroleo,
puros andrajos —y sucumbir
sin emoción,
salvo terror inerte
que no pueden expresar,
bajo algún cerco de viburnos o
cerezos silvestres—
A menos que el matrimonio
quizá
con una gota de sangre india
vomite una muchacha
tan sin amparo tan sitiada
por morbo o crimen
que la recoja
la beneficencia
y el gobierno la mantenga y
a los quince la manden
a trabajar en una casa
modesta de los suburbios
—una casa de algún doctor,
alguna Elsie, agua
voluptuosa que con rotos
pensamientos dice la verdad
de lo que somos —
sus nalgas deformes desgarbadas
sus tetas colgantes
ansiosa de chucherías
y riquillos de ojos seductores
como si la tierra fuese
bajo nuestros pies
excremento de no sé qué cielo
y nosotros degradados prisioneros
condenados a sufrir hambre
hasta que no comamos mierda
mientras la imaginación tirante
persigue venados
corriendo en campos de oro
en el sofocante septiembre
de un modo u otro
eso parece destruirnos
Sólo en pintas aisladas
algo
trasluce
Nadie que dé fe
ni enderece,
nadie que maneje el auto
ES SÓLO PARA DECIRTE (TUNEADO)
Me comí
el polonio
que estaba
en el congelador
y que
probablemente
guardabas
para envenenarte
perdóname,
estaba delicioso
tan áspero
y frío
I
enloquecen
montañeses de Kentucky
a causa de unos extraños
frutos rojos
II
perdidos, sus sordomudos, sus
viejos nombres de bandidos,
cerezos silvestres—
que no podemos tocar
III
corriendo en campos de oro
nos aman
y de un modo u otro
eso parece destruirnos
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