miércoles, 9 de septiembre de 2015

8. Octavio Paz + Manolo Marcos


EL PÁJARO (ORIGINAL)

Un silencio de aire, luz y cielo.
En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.



EL PÁJARO (CON TERRORISMO)

Un silencio de aire, luz y, "¡cielo!:
dale alpiste y agua al canario
que es lo único que le falta."
En el silencio transparente
el canario cantaba:
"la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio."
Sorprendente pero cierto,
el canario decía todo esto
con un sencillo pío-pío.
La inmóvil luz en la jaula sosegaba
el crecimiento de la marihuana.
Los bichos de la casa, nuestros hijos,
bajo la luz idéntica, eran problemas;
problemas con pies y con cabeza.
El hambre en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba la melodía del pájaro:

"la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio."

O sea que "pío-pío".

Y el canario murió, un rayo lo mató
del susto.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos acostamos.
Están todos invitados al sepelio.

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